Año 1991, Fayetteville, Arkansas, Estados Unidos.
En aquellos días no se conocía ampliamente el Internet y su uso estaba restringido a la ciencia. La forma más rápida de enviar un documento era el fax y toda llamada era por telefonía convencional. Aún no existía la telefonía celular, las computadoras eran escasas y la mayoría tenían pantallas monocromas. Apple acababa de lanzar su PowerPC y muy poca gente usaba un computador personal.
En aquel entonces estaba realizando mis prácticas universitarias en la Universidad de Arkansas en Fayetteville. La única forma de obtener información era a través de las bibliotecas y cuando la información no estaba disponible en las bibliotecas, había que escribir por correo, a mano, a los autores. En mi caso a científicos que estaban desperdigados por todo el Mundo.
Por lo general se esperaban semanas o incluso meses hasta que llegaba una respuesta. Hasta que un día, mi buen amigo el Dr. Christopher Carlton, me presentó una computadora mediante la cual yo ingresaba una petición y al día siguiente, varios autores me respondían. Eso sucedía en una pantalla monocroma y un terminal Unix. Ese era nada menos que el Internet primitivo.
En esos días el Internet no era comercial y era muy mal visto el que intentaras vender algo o promocionar algo en Internet. Si lo hacías, te expulsaban de la red y no podías utilizarla nunca más. El Internet estaba restringido para uso científico. Muy pocas personas tenían acceso a la "red de redes" y era extremadamente raro que alguien tuviera Internet en su casa. Solo accedían a Internet las organizaciones científicas y sin fines de lucro.
Cuando regresé a Ecuador, les contaba a mis compañeros sobre esa increíble tecnología mediante la cual escribías una pregunta y muchos científicos te contestaban, máximo hasta el día siguiente. Claro, muchos de ellos pensaban que les estaba mintiendo y ponían cara de incrédulos. Hasta que un buen día, una amiga me contó que algo así existía en mi ciudad, Cuenca, y cerca de donde vivía. No esperé ni un minuto para correr hacia ese maravilloso lugar. Se trataba de la Federación Internacional de Sociedades Científicas, FISS.
Al tocar la puerta de la oficina de la FISS, encontré a un Ingeniero programando en una estación Sun Spark (Un monstruo que corría sobre el sistema operativo Solaris, que era un Unix de Sun Microsystems). Su nombre es Fabián Ávila. Cuando le pregunté por el acceso a Internet, no podía creer que alguien en Cuenca le estuviera preguntando algo tan "sofisticado". No podía imaginar que los próximos tres años pasaría en esa oficina, con esa computadora, formando parte de una revolución tecnológica que cambiaría el Mundo para siempre.
Frente a la pantalla de esa computadora, comencé primero a servir información mediante "Gopher" (Un sistema antiguo basado en comandos), utilizaba frecuentemente el correo electrónico (toda una novedad en aquel entonces) y transfería archivos mediante un protocolo de transferencia llamado FTP de un computador a otro en cualquier lugar del Mundo; siempre que estuviera conectado a la red. Todo lo hacía mediante el uso de programas de comandos que tenían que ser memorizados. Pero un día, un científico basado en la Organización Europea para la Energía Nuclear me pidió que probara un nuevo sistema que estaba creando. El científico se llama Tim Berners-Lee y su proyecto se llamaba entonces "The World Wide Web (WWW)". Para quienes tengan curiosidad, esa es la razón por la cual escribimos www en las direcciones de los sitios web.
Lo fabuloso del sistema www era que ya no tenía que memorizar ningún comando y con tan solo hacer "click" en cualquier texto, en seguida accedía al vínculo que necesitaba. Al inicio lo hacíamos a traves de un programa de comandos llamado "Telnet", pero luego pudimos compilar lo que sería el primer navegador web de la historia, que se llamaba "WorldWideWeb". Posteriormente, probamos las primeras versiones de otro navegador que cambió radicalmente el panorama: el navegador Mosaic del National Center for Supercomputer Aplications.
Pero tener un navegador no era sino la mitad de la ecuación. Lo más importante era el tener un "servidor web". Cuando preguntamos sobre el tema a otro gran personaje de ese entonces, el Dr. Robert Caillau (asistente de Tim en CERN), tuvo la gentileza de enviarnos el código para compilar el primer servidor web en la Sun Spark Station IPX que teníamos en FISS. Eso ocurrió en el año 1992 y construimos entonces lo que sería el primer sitio web del Ecuador: el proyecto BioBanco (actualmente trabajo para reconstruir el proyecto en www.biobanco.org). El proyecto estuvo al aire en 1992, pero no fue sino hasta 1994 que el proyecto pudo ser presentado en el foro BIN-21 de Naciones Unidas en la ciudad de Campiñas, en Brasil.
El día de la presentación oficial del sitio web, fue uno de los días más tensos de mi vida. Estaba presentando la nueva tecnología que habíamos desarrollado (un sistema de base de datos basado en HTML y Perl) y aunque hacíamos muchas pruebas, el servidor no nos funcionaba. Era la Ley de Murphy actuando a su máximo nivel. Literalmente sudaba mientras hablaba con mis colegas Carl Morgan y Fabiola Álvarez que estaban en Cuenca tratando de hacerlo funcionar. Entonces hablábamos mediante un programa que se llamaba "Talk" y dividía la pantalla en dos. En una sección estaba la una persona y en la otra contestaba la otra. Habían transcurrido ya 38 minutos desde que inicié mi charla; todos los representantes de varios países estaban atentos a mi presentación y con mucha expectativa. Pero el servidor se negaba a volver a funcionar.
A punto de declarar que el servidor presentaba problemas y que no podría hacer la demostración, en forma súbita, todo comenzó a funcionar perfectamente. Mi amigo Carl Morgan, hizo funcionar su Mac II como servidor web. De pronto, estaba ahí frente a todos los delegados, presentando por primera vez en la historia del Planeta, una base de datos de biodiversidad que podía ser consultada a través de Internet. La base de datos no solo presentaba texto, sino también imágenes cedidas por el Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales y el Vivarium de Quito. El impacto fue tan grande que fuí nombrado Director del Comité Técnico de la red BIN-21 (Cargo que no pude ocupar por problemas con FISS). Los científicos no salían de su asombro. Tanto nuestros colegas de Harvard como del Australian National Botanic Gardens, estaban planeando algo así y no lograban hacerlo funcionar. Pero estos cuatro jóvenes Cuencanos, lo logramos y construimos el primer sitio web del Ecuador y la primera base de datos de biodiversidad en el web del Mundo.
Si alguien tiene curiosidad sobre la red BIN-21 y como lucía el web en aquel entonces, el Australian National Botanic Garden mantiene una copia del web de BIN-21 original AQUÍ (con el paso del tiempo, se han perdido algunos de los enlaces, pero lo principal se mantiene). Desde ese entonces, todos quienes formamos ese primer equipo de webmasters Ecuatorianos, no hemos parado de producir sitios web y tecnologías para diversas empresas. Personalmente, inicié cinco empresas que se dedicaron exclusivamente a producir servicios en internet: Explorenet, AracnoNet, Ecuaventura, Bolatcesa y ElectroAgro. Pero también produje sitios web para empresas como Ionet, Telconet y ETAPA Online (en sus primeros años). Con estas empresas creamos los primeros sitios web de empresas como Colineal, Nutrileche, Plásticos Rival, Diario El Mercurio, Graiman, Hostal Los Alpes y, en total, calculo que hemos diseñado no menos de 350 sitios web a nivel Global.
Tres de los miembros originales del equipo nos hemos juntado nuevamente para esta vez, de manera independiente, brindar lo mejor del diseño de sitios web a nivel Global. Tenemos la mayor experiencia en Ecuador, tanto en diseño web como en el uso de nuevas tecnologías para brindar los mejores y más estables servicios en Internet.